[anuncio_b30 id=10]

Infusión de manzanilla: calma la mente y el estómago

La manzanilla es probablemente una de las infusiones más populares en todo el mundo. No hay hogar donde falte una cajita de té de manzanilla, y esto no es casualidad: durante siglos ha sido considerada un remedio universal para aliviar malestares cotidianos. De hecho, en la medicina popular europea y latinoamericana se le llama “la planta de los mil usos”.

Uno de sus efectos más conocidos es el alivio digestivo. Tomar una taza de manzanilla después de las comidas ayuda a reducir la inflamación abdominal, aliviar cólicos, gases y mejorar la digestión en general. Esto se debe a que contiene aceites esenciales y flavonoides que actúan relajando la musculatura del aparato digestivo, evitando espasmos y facilitando el tránsito intestinal. No es casualidad que nuestras abuelas siempre la recomendaran cuando había “dolor de barriga” o indigestión.

Pero la manzanilla no actúa solo en el estómago: también es un calmante natural para la mente. Sus propiedades sedantes suaves ayudan a reducir la ansiedad, el nerviosismo y facilitan el sueño. Muchas personas encuentran en una taza de manzanilla caliente un ritual nocturno que invita a la calma, especialmente en adultos mayores que buscan alternativas naturales al insomnio sin recurrir a fármacos que pueden generar dependencia. La ciencia respalda este efecto: estudios han demostrado que la manzanilla contiene compuestos como la apigenina, que se une a receptores cerebrales favoreciendo la relajación y el descanso.

Otro de sus usos tradicionales es en el cuidado ocular y de la piel. Aplicada en compresas frías sobre los ojos cansados o irritados, ayuda a desinflamar y refrescar la vista. También se utiliza para calmar irritaciones cutáneas leves, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas.

La manzanilla es, además, muy segura. A diferencia de otros remedios, no suele tener efectos secundarios graves, lo que la convierte en una opción ideal para personas de todas las edades. Su versatilidad y accesibilidad la han mantenido vigente como uno de los remedios caseros más confiables y utilizados.

En definitiva, la manzanilla es mucho más que un simple té: es una planta medicinal de amplio espectro, capaz de cuidar tanto el cuerpo como la mente. Nos ayuda a digerir mejor, a dormir con más tranquilidad y a aliviar pequeñas molestias del día a día. Un ejemplo claro de cómo lo natural puede ser, en muchos casos, tan efectivo como lo farmacéutico, pero con la calidez y simplicidad de lo casero.